TÍTULO: Percy Jackson y los dioses del Olimpo: El ladrón del rayo.
EDITORIAL: Salamandra
Percy Jackson es un muchacho disléxico y que padece dificultades para concentrarse, está cansado de ingresar cada año en un internado nuevo por los problemas que tiene y las cosas extrañas que suceden a su alrededor. Pero esos sucesos tienen una explicación, se deben a que, en realidad, es hijo de un dios griego.
En el Campamento Mestizo Percy descubrirá a otros hijos de dioses griegos, encontrará amigos y enemigos, el Oráculo le profetizará su futuro y tendrá que aceptar una misión peligrosa: buscar el rayo de Zeus y descubrir quién es el ladrón.
Es un libro entretenido y ligero con matices que recuerdan inevitablemente a Harry Potter en algunas ocasiones: dos son sus compañeros de aventuras (Annabeth, chica inteligente, hija de Atenea; y Grover, su mejor amigo); el Campamento Mestizo se parece a Hogwarts con sus casas y pique entre ellas y que viven en el castillo o el campamento durante un periodo de tiempo y es cuando suceden las aventuras (parece que los malos dejan descansar a los héroes en vacaciones o el curso escolar); utilizan objetos mágicos... Pero las comparaciones se olvidan pues la aventura engancha desde el primer momento.
Escrito de un modo ágil y rápido, la historia es trepidante y no deja descanso al lector, quien quiere saber más de las peripecias de los personajes, además hay que añadir todos los guiños que se hacen a la mitología griega, comenzando con el verdadero nombre de Percy: Perseus. De este modo cada vez que surge un personaje extraño, el lector intenta adivinar qué personaje mitológico puede ser.
Una lectura muy recomendada para lectores muy jóvenes, pues con él se aficionarán a la lectura fantástica.